El 28 de Agosto de 2012, el presidente Juan Manuel Santos anunció el comienzo de las negociaciones de paz con las FARC. El Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera (Mesa de Conversaciones, 2012) del proceso actual incluye cinco puntos principales a discutir y un sexto de garantías. Es importante mencionar que antes de que el acuerdo se hiciera público, el Congreso de la República ya había aprobado algunas leyes que establecieron un marco importante para las negociaciones, tales como la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011) y el Marco Jurídico para la Paz (Acto legislativo 01 de 2012). En cuanto a los puntos del acuerdo están, en primer lugar, la política de desarrollo agrario integral; en segundo lugar, la participación política; en tercer lugar, el fin del conflicto; en cuarto lugar, la solución al problema de las drogas ilícitas; en quinto lugar, las víctimas y por último, la implementación, verificación y refrendación. Tres de estos puntos ya han sido acordados: la ejecución del acuerdo en tierras, el fin de los cultivos ilícitos y el narcotráfico y la participación política (El Tiempo, 2014). Vale la pena aclarar que para el gobierno Santos, erradicar el conflicto armado supone firmar un acuerdo de paz no solo con las FARC sino también con el ELN. De acuerdo con lo anterior, se debe entender, tal como lo expone Iván Orozco (2014), que las probabilidades de éxito de las negociaciones de paz siempre serán mayores en la medida en que se incorporen más grupos a la misma. A partir de lo anterior, se podría afirmar que la firma de la paz con las FARC aumentaría la probabilidad de entrar en diálogos con el ELN, teniendo en cuenta que en dicho escenario gran parte de la fuerza militar anti subversiva antes enfocada en ambos grupos, FARC Y ELN, se vería diseccionada únicamente hacia este último, causándole un mayor debilitamiento. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la agenda con el ELN en un eventual proceso de paz podría tener cambios sustanciales con respecto a la agenda que se maneja en este momento con las FARC, ya que los puntos para negociar con las FARC no coinciden necesariamente con los del ELN. Por otro lado, en el caso de la firma de los acuerdos del proceso de paz, nada garantiza que el ELN se acoja a estos teniendo en cuenta que este grupo armado guerrillero no hacen parte actualmente de las negociaciones de paz.
FUENTE:https://polcol20142.wordpress.com/2014/10/20/analisis-proceso-de-paz-en-colombia-aprendiendo-de-los-errores-del-pasado/